<<Te extraño>>, dos simples palabras que representan
todo. O puede que nada. Oh, cariño, te extraño, te extraño tanto.
Te extraño desde lo más simple hasta lo más
complejo. Te extraño en cada letra de cada canción. Te extraño en cada suspiro
que profesa mi alma. Se me ha hecho costumbre cargar con la pesadez de tu
ausencia, y a la vez la costumbre de llorar por las tardes cuando no te veo
llegar, no ayuda. No termino de entender a la vida ni sus giros repentinos, ni
tampoco a los malos tratos ni desatinos. Te extraño…
Te extraño cuando veo el amanecer, cada vez que por
la calle voy pasando y mi mente me permite percatarme de la presencia de un
avión en lo alto, pues extraño los viajes que nunca nos permitimos, y extraño
las caricias en el olvido. Te extraño, a ti, solo a ti. Cada cosa que nunca
hicimos y sin embargo, se han hecho en el limbo de nuestra separación, creadas
en nuestros pensamientos, basadas en la imaginación.
Te extraño, permíteme decírtelo en voz alta. Y si se
puede también, en un susurro. Permíteme bailar contigo todos los tangos que no
pudimos, y también el meneo de nuestras caderas contoneándose al ritmo del
viento, soplando en las copas de los árboles anunciando la llegada del otoño,
del invierno, del verano… de todas las estaciones del año, y no una, sino mil y
un veces. Mil y un veces más.
Te extraño, pues en la voz de los demás está el eco
de tu ausencia. Porque volteo a los lados con la ilusión de ti. Te extraño en
cada libro que leo, cada poesía que se incrusta en mi corazón. En cada línea
que existe, en cada palabra escrita y por escribirse, te extraño.
Por cada noche, por cada día, por cada hora y por
cada segundo que soñamos juntos, quiero dedicarte un te extraño. Porque viví la
intensidad de la esperanza, y la viví solo contigo. Me dijiste adiós… y cada
momento vivido y por vivir me llenó de decepción, me llenó de tristeza, me hizo
extrañarte… pero nada se compara a lo mucho que te extraño hoy.
Solo hoy, mañana quién sabe. Ya cometí la locura de
amarte sin medida, sin pensar en que al otro día no estarías y por eso es que
hoy estoy aquí extrañándote. Además, quién sabe cuánto tarde en expandirse el
veneno de tu partida, quién sabe cuánto tiempo tarde en desvanecer y dejarme
llevar por los demonios de ti. Cada uno viene a visitarme a cada momento, y son
infinitos. A veces no sé si son tuyos o míos, lo único que sé es que se parecen
a ti. Tienen tu rostro, tu piel, tu aroma… Y los veo y me pierdo. Te extraño.
Te extraño en la letanía del recuerdo. Te extraño en
cada copa que tomé, tomo y tomaré. Eres mi bebida favorita, mi éxtasis.
Saborearte fue mi pasión, hoy es mi castigo. Tuve tu sabor entre mis labios, y
mientras entreabrías los tuyos para llenarme de ti, me fuiste matando poco a
poco. ¿Cómo es posible tanta locura por una persona? Me llenaste los huecos sin
fondo, tocaste las membranas de un alma soñadora, apasionada, intensa…
Resolviste mis conflictos intelectuales, y me brindaste ironías e
incoherencias. Me hiciste amarte, y te amo. Hoy con todo lo vivido, no estás y
te extraño.
Te extraño, ¿qué más puedo decir? Si no entiendes
mis palabras, hay un Dios que sí. Lo hace, lo siente, lo entiende. No necesito
pedir nada más que el sustento de mi Dios, que me abraza fuertemente y no me
deja caer. Me aprisiona en su corazón para evitarme salir a tan dolorosa
situación, donde no estás. Ángel o demonio… no estás ni para cuidarme ni para
destruirme. Cuídame o destrúyeme, pero regresa, ¡te extraño!
Mi mente en blanco y hojas que me rodean sin
tocarse. Tinta gastada en lágrimas que no se extinguen, no se cansan de llorar
tu despedida. Palabras atoradas en el nudo de mi garganta, palabras que quieren
ser rescatadas en un grito de desesperación… No sé cómo llegar a ti, no sé cómo
recuperar el tiempo que se perdió. Aún con todo lo dicho y no dicho, esta noche
solo sé una cosa… Así es, amor mío. Hoy, más que ayer…,
Hoy, te extraño yo.
Derechos reservados © 2014, Vanessa Domínguez López
Mi pequeña gran escritora: las letras, las palabras, el transmitir, construir y entregar esa parte de ti que vio la luz por medio de la tinta y el papel, por medio de tus dedos y el ordenador; no importan los medios, pues la fuente principal es tu corazón y siempre que te leo siento tu corazón y estoy feliz de conocerte un poco más con tu literatura. Sigue con tu entrega, los que te leemos queremos seguir sintiéndote cerca
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