domingo, 21 de septiembre de 2014

Decirle adiós

“Decirle adiós”
Por: Vanessa Domínguez López
¿Cómo romper con ella? Siempre es lo mismo. Cuando entro en una etapa difícil, ella no me la hace amena o mínimo, más fácil. Últimamente me siento desganada, triste, con poca inspiración para crear ambiente.
Es cierto, ella siempre está ahí, no me abandona, es parte de mi vida. No la culpo, y de hecho, ella le da esa credibilidad a mis fantasías, a mis sueños y locuras, pues esa pizca de sencilla realidad es la que me hace asentar los pies sobre la tierra cuando vuelo a horizontes imposibles de alcanzar, en un avión que se pueda quedar sin combustible, a mitad de camino. Sí, vivo en cierta forma feliz e infeliz a la vez, por culpa suya.
            ¿Qué hago? Es una decisión difícil, más que nada porque no sé cómo hacerlo. Necesito volar, pues siento que dentro de esos límites que ella misma me pone, hay mucha energía y originalidad, no es justo que me frene solo porque ella me obligue a hacerlo. Sin embargo, a veces ella misma me da tanta comodidad que es extraño desapegarnos. Al inicio resiento tanto su ausencia, que caigo en la tentación de ir y buscarla de nuevo. Muchas veces nos hemos distanciado, y todo ha sido culpa suya pues me absorbe demasiado, toda mi atención y mis ganas, mi voluntad. A veces no sé si estamos juntas por gusto o por necesidad, pero de unos días a acá, siento la urgencia de ponerle un alto a aquello que nos une.
            Pienso en cómo demostrarle que ya no la necesito, que ya estuvo demasiado tiempo presente en mi vida, y que es hora de tomar diferentes caminos. Hablar con ella es, como si tomara un espejo y conversara conmigo misma, pues ella es tan íntima mía, que es difícil desligarla de mi ser. He ahí el por qué no he podido hacerlo, el por qué no he podido terminar nuestra relación.
            Como persona que escribe, es cierto que en demasiadas ocasiones voy a necesitar tiempo, pero tiempo a solas. Ella no entiende eso, cree que cuando digo “tiempo”, me refiero a un tiempo en que lo pasemos juntas. ¡No!, ese momento lo necesito para mí, para descifrar los códigos internos que me obligan a teclear. ¡Ella es la que me impide escribir, ella es la que me bloquea con sus diarios problemas cuando me enfrento ante una hoja en blanco! 

            Es por eso, y por tantas razones, motivos y circunstancias más, que el día de hoy, he decidido… decirle adiós a la rutina.   


Derechos reservados © 2014, Vanessa Domínguez López

domingo, 7 de septiembre de 2014

Junto a ti

“Junto a ti”
Es ahora cuando me doy cuenta de los errores, de mi gran y profunda falta de valentía. Cada paso que no me animé a dar junto a ti ahora lo añoro, te añoro.

Las ganas de tenerte junto a mí me sofocan, las letras de las canciones que escucho cobran vida a través de mis lágrimas, pues representan todo aquello que quise decirte y no pude. Tal vez el orgullo se atravesó, tal vez mi inseguridad o mis miedos, lo más probable es que mi tristeza nublara el más hermoso paisaje que haya podido observar jamás… Tú.

Definitivamente no estoy para escribir cartas de amor, pero sí palabras de amor. Y no solo escribirlas, sino decirlas, gritarlas, declamarlas o en nuestro mejor instante, susurrártelas en el oído…
“Eres tú lo que más amo, cada parte de ti que conforma un todo y me apasiona. No hay parte de ti que no conozca y que no admire. Cada día a tu lado descubro algo que me encanta. Y aunque te conozco y admito tus errores, no puedo evitar pensar que sin ellos no serías ni la mitad de lo adorable que eres cuando los cometes y tratas de arreglarlos. Solo a tu manera”

¿Qué más puedo decir? Te conozco, y tanto es así, sé muy bien me extrañas también. No puedo ni quiero, ni mucho menos te culparé por esta ausencia que es de dos. Yo aquí, tan dispuesta a continuar mi camino, y sin embargo, sintiendo que tu ausencia me cala hasta los huesos. Tú allá, tal vez olvidándome, tal vez recordándome.

La cuestión es que no estás, no estoy. Y aunque te extrañe y me extrañes, ¿qué más podemos hacer? No vas a regresar, y aunque quiera, no puedo ir hasta ti… Nos separan pocos kilómetros que se sienten como toda una galaxia entera repleta de estrellas sin brillo ni candor.

Me parece que muy pronto ésta herida sanará, pues el dolor está muy latente aún, pero pasará. Lo sé. Y aunque lo sé, muy por dentro me niego a creer que esto esté siendo así. Juntos, nunca se me cruzó el pensamiento de estar tan lejos e indispuestos. Juntos no podía ser así.

¡Maldita sea, hubiera detenido las circunstancias que te adentraron tanto en mí! Sabía que era peligroso, pero tus ojos, mis ojos… se cruzaron y tambalearon. Se sintieron seguros, amados.

Te amo. Te amo con tanta entrega que duele. Quiero tenerte porque sé que te amo, porque te conozco. Me conoces. Y no hay, no existe, no puede existir una magia mayor que la de nuestros labios entreabriéndose y cerrándose en un éxtasis de amor de ve.
Te conozco. Te amo. Te quiero. Te extraño… Y añoro cada momento junto a ti.







Derechos reservados © 2014, Vanessa Domínguez López